miércoles, 10 de octubre de 2007

Me cago en las medallas del colegio

Esta misma mañana mi querido amigo viejuno ha recibido un premio en su blog de mejortuqueyo, premio al blog solidario, me ha sorprendido mucho, y no porque viejuno no sea solidario y ayude en su entorno, sino porque dicho blog versa sobre diversos temas, interesantes sin duda, pero ninguno de ellos solidario.

Al investigar un poco mas sobre el galardón resulta que es un premio que te conceden de una manera subjetiva, como si fuera un tú la llevas del pillado clásico. Para ser merecedor del premio además de decir quien te lo ha dado tienes que entregarlo a siete blogs más, y exhibir el grafico del estúpido premio.
Resumiendo, una paja blogera, además, en este caso, de las gordas.

En mi opinión personal, es pueril y carente de cualquier sentido o merecimiento, me recuerda a mis tiempos de facultad de informática, rodeado de gente, estúpida en la gran mayoría, que perdía su tiempo haciendo el gilipollas y que se dedicaban a hablar de su mundo imaginario, entrando en una espiral que los alejaba de la realidad.
Como ejemplo mencionar que allí el más normal tenía como mínimo dos yelmos de adamantium y eran capaces de mandar un mensaje de mail al director de la nasa.
Creo que quien haya vivido la experiencia y siga cuerdo entenderá totalmente a lo que me refiero.
Capitulo a parte sería mencionarles a los gilipollas estos que el adamantium no existe y que el director de la nasa nunca leyó su correo, pero el mencionarlo sería entrar en su mundo de estulticia y hay que dejar que la gente se estrelle solita. Además en otro post hablaré del mundo de la informática y de la cantidad de gilipollas que pululan por este mundo y que encima van de enterados.

Lo que mas me jode de este premio, y a todos los premios de este estilo, es que se basa en el mismo concepto de las medallitas del colegio, que te daban por haber participado, sin ninguna discriminación, son premios no merecidos, simplemente te ha tocado como si fuera una tómbola. Premios por ser uno más del rebaño, por ser mediocre.

La idea que subyace a esa tipología de premios es la ausencia de merito para conseguirlo, todo el mundo igual, todos contentos. Nada de premiar la excelencia, el merito para quien lo necesite como deporte, o para aquellos idiotas que escogen el camino mas difícil.

Este tipo de medallitas del colegio, además de ser estúpidas minusvaloran los premios reales, aquellos que se consiguen con esfuerzo, que demuestran excelencia, que son la recompensa al trabajo bien realizado.

Pero no nos engañemos, en la sociedad de mediocres, carroñeros y envidiosos que vivimos la gente con talento es la presa a cazar, el enemigo a batir. Nadie puede destacar por encima del resto con meritos y esfuerzo, ya que deja al aire las vergüenzas de los demás. Es mas fácil sentirse a gusto con el que interiormente puedes despreciar y a sus espaldas criticar sin reparo alguno, al fin y al cabo os habéis estado revolcando en la misma cochiquera, habéis sido criados en el mismo nido de mierda y el va tan manchado de mierda como tu, o quizás mas.

El merito esta desterrado, la excelencia lapidada, el destacar prohibido, los premios son de broma e intrascendentales y mientras tanto nuestra sociedad cayendo en picado sin iniciativa, sin capacidad de sacrificio, sin reconocimiento y sin premio, que haga merecer la pena el esfuerzo de sacar la cabeza de este pozo de mierda.

Que no cuenten conmigo para ser motor de una sociedad tan asquerosa, cainita y envidiosa, yo me voy a dedicar a granjearme un buen futuro para mi y para los míos, eso si, sin destacar mucho, no vaya a ser q me tiren una bola de mierda.


P.D: Escribir este post con cierta mesura me ha costado fumarme 5 cigarros e intercalar trabajo o lectura de documentación de mi trabajo entre párrafo y párrafo, para conseguir que este post no fuese cagarme en la puta madre de todos los gilipollas que pululan por el mundo. A ellos les dedico este post, sin dejar de mencionar a todos aquellos que conocí en la facultad y a todos los hijos de puta que me he cruzado por la vida. Gracias a ellos y a haberlos conocido no soy uno más del rebaño.






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